Convertirnos en padres, es el desafío más hermoso y difícil a la vez.
La parentalidad implica una doble función permanente, sanar nuestras heridas, nuestra historia para no lastimar la de nuestros hijos.
Cuando nos iniciamos en el camino de la crianza, lo que tenemos más a mano, es aquello que aprendimos de nuestros padres. Seguramente, aprendimos muchas cosas hermosas, pero también muchas veces, aprendimos que los gritos, los castigos, las humillaciones, el tiempo fuera, el chirlo o nalgada eran herramientas de disciplina.
Hoy, como adultos, podemos ver y sentir el daño que todo eso nos causó.
Por eso, es tan importante identificar cuál o cuáles son nuestras heridas para no repetirlas con nuestros hijos.
Las heridas emocionales en la infancia, son como una lesión afectiva que nos impiden llevar una vida plena. Su huella es tan profunda que determina en nuestra vida adulta, la visión que tenemos de nosotros mismos (autoestima), nuestros vínculos, la capacidad de afrontar problemas, la posibilidad de alcanzar nuestros proyectos, la tolerancia a la frustración, la predisposición a desarrollar determinadas patologías y mucho más.
5 HERIDAS EMOCIONALES EN LA INFANCIA
1. HERIDA POR ABANDONO
Sufriste por abandono físico o emocional por parte de tus padres.
2. HERIDA POR RECHAZO
Padres que no pudieron aceptarte tal cual eras
3. HERIDA POR HUMILLACIÓN
De pequeño te han humillado, criticado, menospreciado.
4. HERIDA POR TRAICIÓN
Tus padres te han mentido, no han cumplido con su palabra o no te han defendido.
5. HERIDA POR INJUSTICIA
Padres autoritarios, donde tu voz no era escuchada.
Te cuento algunas de las consecuencias en la vida adulta…
HERIDA POR ABANDONO
- La soledad es tu peor enemigo
- Establecés vínculos de dependencia, tolerando inclusive malos tratos (de tu pareja, de tu amig@) con tal que no te dejen.
- También podés boicotear tus relaciones, abandonar al otro “antes de ser abandonado”, como mecanismo de protección.
HERIDA POR RECHAZO
Es una herida tan profunda que te lleva a que vos mism@ rechaces tus pensamientos, tus sentimientos e incluso tu propia persona.
- Vivís buscando el reconocimiento y aprobación en los demás
- Sos muy susceptible a las mínimas críticas.
- Actuás siempre pensando en agradar a los demás, más que cumpliendo tus deseos y proyectos.
HUMILLACIÓN
- O bien podés sentirte menos en comparación a los demás
- O te ponés una máscara, para emparchar esta herida y tendés a humillar, a sentirte superior a los demás como compensación de lo que hicieron con vos.
- Necesitás sentir que el otro es menos, para darte valor.
TRAICIÓN
- Desconfiás de las personas y del mundo que te rodea
- Sentís que no podés entregarte, porque seguramente te engañarán, decepcionarán.
- Tendés a aislarte
INJUSTICIA
- Podés tener la sensación de que la vida es injusta.
- Tus creencias y opiniones deben ser verdades absolutas y te cuesta poder escuchar otras ideas.
Podemos tener una o más heridas.
¿Cómo se trabaja?
En un proceso psicoterapéutico, que te permita descubrir y reconstruir tu identidad, fortalecer tu autoestima, tener una visión más realista de vos mismo y del mundo que te rodea y así mejorar la calidad de tus vínculos.